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16,06 €Hacia el año 300 a. C. emergieron en Atenas, con pocos años de diferencia, distintas lÃneas de pensamiento: epicureÃsmo, estoicismo, cinismo y escepticismo. Nacieron como una valiente reacción a la profunda crisis social, económica y polÃtica del momento, asà como a las necesidades intelectuales y espirituales que traÃan consigo. El cosmopolitismo y el universalismo de aquel momento dejaron al hombre en una situación de mayor libertad, pero también de mayor vulnerabilidad, en una encrucijada que a dÃa de hoy aún nos apela. ¿Cómo encontrar nuestro propio camino? Las propuestas de la filosofÃa helenÃstica siguen vigentes: una filosofÃa práctica que valga no en tanto que conocimiento mismo, sino como fundamento para asentar en él un tipo de vida libre y feliz; la construcción de un sistema de filosofÃa de partes interrelacionadas, coherente, sintético y orgánico; la atención a la persona singular y subjetiva, más allá del enfoque de la pertenencia a la comunidad.Con la filosofÃa helenÃstica nació el individuo que se preocupa sabiamente por su dicha personal y que desea llegar a sus propias conclusiones en los asuntos que le conciernen a él y a nadie más. Lo que buscaban y anhelaban era saber lo preciso para satisfacer lo que experimentaban como una necesidad acuciante: llevar una vida feliz conforme a la naturaleza humana. Este hecho revolucionario, que solo pudo darse en el espÃritu griego, ahora se descubre como un inquebrantable apoyo para pensar y vivir en (nuestros) tiempos de crisis.